sábado, 7 de agosto de 2010

Indígenas Sobrevivientes en Colombia

INDÍGENAS SOBREVIVIENTES EN COLOMBIA

Mapa tomado del libro Destrezas. Editorial El Sello. 1999.


REPRESENTANTES INDIGENAS COLOMBIANOS

Se habla de una cifra de 450 a 500 mil indígenas en Colombia, pertenecientes a cerca de 81 etnias diferentes, con 64 distintas lenguas habladas. El grupo más numeroso son los Paeces, cerca de cien mil, que habitan en el suroccidente del país. Siguen los Guajiros o Wayú, con unos 73 mil individuos, que ocupan las tierras semidesérticas de la península de La Guajira. Otros grupos demográficamente importantes son los Chócos habitantes de las selvas húmedas del occidente del país y de algunas áreas aledañas de cordillera. Con menor número de habitantes, pero con variedad de grupos étnicos, se encuentran los pobladores de la Amazonía, que se estima son 50 mil, repartidos en cerca de 50 grupos étnicos, entre ellos están los Ticunas, Witotos y Guahibos. Otros grupos menos densos en población, pero igualmente complejos en cuanto a sus formas culturales, son los Kogis, los Guambianos, los Noananás o Waunana, los Yagua, entre otros.

REPRESENTANTES INDIGENAS COLOMBIANOS

  1. Kogis

    Los kogis habitan la Sierra Nevada de Santa Marta. Son descendientes directos de los antiguos Taironas. Se distinguen por ser una sociedad femenina, de tipo matriarcal. De ahí que la deidad suprema es una mujer, la madre universal, creadora del cosmos y de todo lo existente, de la cual nació el género humano, la tierra, las plantas y los animales. La mujer cultiva la tierra, siembra, desyerba, cosecha y acarrea los productos de la sementera al hogar.

    Los kogis celebran grandes ceremonias en honor al Sol y la Luna, festejando ritos en su centro sagrado, cuya casa principal simboliza el cosmos. Realizan además conmemoraciones colectivas antes de la siembra para consagrar la semilla. A los sacerdotes kogis se les da el nombre de mama, que también significa sol. Conservan las tradiciones culturales de los Taironas, entre ellas la de mambiar (masticar hojas de coca), para resistir el hambre y las duras jornadas laborales.
  2. Guambianos. 

    Habitan el departamento del Cauca, están en el occidente de Tierradentro. Los grupos domésticos son la base organizativa de la vida social de la comunidad; se hallan generalmente compuestos por una familia nuclear (padre, madre e hijos solteros) que viven solos en su propia vivienda. Es frecuente encontrar junto a la familia nuclear, otros miembros como nueras, nietos, padres viudos, etc. En Guambía, las viviendas tienden a ser ocupadas por un grupo doméstico únicamente, aunque se pueden encontrar algunas en las que reside más de uno y casos en que éste está conformado por más de una familia nuclear. Sin embargo, estas situaciones tienden a ser transitorias y generalmente se encuentran asociadas con la presencia de hijos varones con hogares recién conformados, que aún no han construido su propia vivienda. El tamaño promedio de estas unidades domésticas es de 5.8 miembros.

    Sus vestidos de vivos colores resultan muy llamativos y en su mezcla de falda larga y poncho o ruana se perciben influencias indígenas y españolas.
  3. Guahíbos

    Los guahíbos están ubicados en el llano de Casanare, donde permanecen marginados de la civilización occidental, sin permitir intromisión en sus asuntos y su cultura. Viven de la agricultura, la caza y la pesca.
  4. Guajiros o Wayú

    Están ubicados en la península de la Guajira. Tienen tendencia a la vida nómada. Se caracterizan por el matriarcado y su población está dividida en castas. La base de su economía es la cría de ganado y la explotación de las minas de sal y de yeso. Entre sus actividades artesanales se destaca el tejido, que trabajan con gran maestría y perfección, elaborando túnicas, hamacas, mantas y variedad de productos. La lengua guajira posee gran sonoridad por su fuerza tonal variada.
  5. Witotos

    Habitan la región del bajo Caquetá y el Amazonas. Practican la agricultura, la caza y la recolección. Cada familia tumba una parcela de bosque por año y al cabo de tres años la abandona en busca de nueva tierra. Viven en malocas o grandes casas de paja donde están el padre o dueño de la maloca, sus hijos hombres y sus familias y hermanos y viudas.
  6. Ticunas

    Se localizan en el trapecio amazónico. Practican la horticultura, la caza, la pesca, la recolección y el comercio. Son excelentes artesanos y elaboran hamacas, mochilas, canastos y máscaras que son muy apetecidos por los turistas. Además de su organización familiar, en las aldeas tienen un curaca, que es un hombre adulto que coordina el grupo, conoce las tradiciones y creencias y se comunica con los blancos.
  7. Chocoes

    Habitan la costa Pacífica. Cultivan plátano, maíz, caña de azúcar y recientemente cacao y café. Complementan la agricultura con la caza y la pesca. En sus comunidades, existen los chamanes o sacerdotes, que ejercen funciones de curación de enfermedades y de entrar en contacto con los espíritus. No es un oficio hereditario; los chamanes transmiten sus poderes en ceremonias que pueden durar varias noches. Como emblema de su poder, el chamán porta un bastón de madera.
  8. Paéz

    Su hábitat es Tierradentro, uno de los reductos indígenas más importantes, del país. Son primordialmente agricultores y la tierra para ellos es la razón de la vida y la fuente de su seguridad. Están organizados en cabildos que son elegidos todos los años. Los cabildantes poseen varas de mando para simbolizar su autoridad.

    El cabildo está conformado por un gobernador, un comisario, un alcalde, un alguacil y un fiscal, cada uno con funciones específicas. En la segunda década de este siglo, el indígena Manuel Quintín Lame encabezó un movimiento que quería defender los derechos de los indígenas a poseer sus tierras, a defender los cabildos como centro de autoridad y a no ser discriminados por los blancos. Si bien el movimiento fue reprimido, los paeces han mantenido vivos esos ideales y han alcanzado grandes logros como la formación del CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) que busca recuperar la autonomía política, económica y cultural de los indígenas.

    Los paeces son un grupo que habita el departamento del Cauca. Combatieron ferozmente a los conquistadores y actualmente están dedicados a la agricultura y la ganadería, conservando viva la tradición y la imagen de su heroína, la cacica Gaitana.
  9. Motilón Barí

    Habitan en el departamento de Norte de Santander. Viven en la frontera con Venezuela en la Serranía de los Motilones. Se estima que esta comunidad está integrada por unos tres mil indígenas que sobreviven de la pesca y la cacería. Se alimentan de maíz, bananos, caña de azúcar y cacao. Crían cerdos y gallinas.
  10. Waunaná o Noananá

    Habitan la cuenca del río San Juan, principalmente en su desembocadura, que forma una extensa red acuática que se abre paso entre la selva de manglares para llegar al Océano Pacífico. En una casa grande vive una pareja con sus hijos, nietos y aún bisnietos. El sistema de residencia es patrilocal o sea que al formarse una nueva pareja, se establecerá en la casa del hombre. Los hijos traen sus mujeres a la casa paterna y las hijas dejan su hogar para trasladarse a la de sus maridos. La autoridad familiar es patriarcal: Es el padre, el abuelo o el bisabuelo quien tiene el mando, toma las decisiones y las hace ejecutar. La herencia de hombres, bienes y algunas veces cargos, es bilineal; el individuo lleva tanto el apellido paterno como el materno y se considera que pertenece a las familias de sus dos progenitores. La tradición establece que una vez el padre fundador muere, cada uno de sus hijos se va a otro lugar, construye una nueva vivienda y establece su propia familia. Las nuevas casas quedarán distintas unas de otras, a lo largo de la quebrada entre trescientos y quinientos metros. Cuando la esposa queda con vida se va a vivir generalmente con el mayor de sus hijos.

    Hombre y mujer se complementan para la labor agrícola; los hombres tienen a su cargo la tumba o la roza (tumba cuando hay que derrumbar grandes árboles, roza cuando apenas se limpia una zona ya antes trabajada) y luego la quema, quedando así preparado el terreno para que llegue la mujer a sembrar, cosechar y recoger los frutos. El hombre también tiene a su cargo el limpiar, deshierbar, cazar y pescar.

    Los Noananás practican la endogamia tribal, o sea que no pueden casarse sino con personas de la misma tribu; pero siguen las leyes de exogamia con sus primos hermanos, no aceptándolos como cónyuges.

OTRAS CULTURAS QUE SE DESARROLLARON

CULTURA TIERRADENTRO.

En la costa del Pacífico, al sur de Colombia, se desarrolló la cultura Tumaco, que cuando se extendió al Ecuador, se llamó tolita. Esta cultura se destacó por la escultura de innumerables cabezas y estatuillas de arcilla, que ostentan un particular estilo y pueden identificarse inmediatamente. En el centro ceremonial de La Tolita, estos artistas realizaron representaciones de cabezas de tamaño natural que hoy se encuentran en los museos de Quito y Guayaquil.
Los orfebres prehispánicos utilizaron para moldear las piezas de oro la técnica conocida como de “la cera perdida”. Consistía en crear un modelo de la figura que se quiere representar y cubrirlo con cera. Este modelo se recubría con capas de arcilla mezclada con carbón triturado hasta formar un molde que cubriera la figura. El molde se dejaba secar y luego se calentaba para que la capa de cera se derritiera y saliera por un orificio que se había dejado en el molde. Luego, por ese mismo orificio se vertía el oro fundido hasta que llenara el espacio dejado por la cera. Cuando el oro se enfriaba, se rompía el molde y al objeto de oro se le daban los toques finales.
La cultura de Tierradentro floreció en el Cauca, en las escarpadas vertientes de los ríos Páez, Negro y la Plata. Se destacó como cultura lítica, por sus monumentales hipogeos, o tumbas, a las que se descendía por una escalera de caracol y cuyas cámaras están ricamente de coradas en rojo y negro sobre fondo blanco.

LA MISTERIOSA CULTURA MEGALÍTICA DE SAN AGUSTÍN


PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTÍN EN EL HUILA
Estuvo situada en la cabecera del río Magdalena, en el departamento del Huila, en el llamado valle de San Agustín. Este ámbito geográfico fue propicio para su desarrollo e irradiación, por los declives de la cordillera que bajan hacia la Amazonía, los caminos naturales hacia Nariño y Cauca y por lo tanto, al Ecuador y las vías de acceso al norte y occidente del país.

La civilización agustiniana fue tan aventajada que apenas admite comparación con la Azteca, la Maya y la Inca. Posiblemente los monumentos de piedra que son su característica fueron tallados entre el año 600 antes de Cristo y el siglo IX de esta era.
Esta cultura del periodo Formativo se caracterizó por una copiosa e imponente estatuaria, centenares de esculturas megalíticas y relieves trabajados en piedra volcánica. Hasta el momento se han descubierto mucho más de 300 estatuas y aun en la época, como ocurrió en 1972, se siguen desenterrando otras.
Aunque se ignoran sus orígenes y los motivos de su dispersión los vestigios arqueológicos evidencian un arte de dos milenios que en sus técnicas de cerámica, costumbres funerarias, creencias y mitos, proyecta símbolos comunes a otros grupos indígenas de América, desde México hasta el Perú. Uno de estos es el Mito del jaguar que también se manifiesta en la cultura Olmeca y en la de Chavín de Huántar.
Las estatuas de San Agustín tienen características que les confieren un estilo propio: su gran tamaño, su rigidez, su frontalidad, es decir, que siempre están de frente. Tallaron figuras humanas (antropomorfas), animales (zoomorfas), seres ultra-terrenos de aspecto feroz, deidades, etc. Generalmente pulían la cabeza con esmero y el resto lo resolvían con líneas rectas. Las manos siempre aparecen sujetando algo: herramientas agrícolas, armas, pescados, niños, monos, serpientes, etc. Otra característica de algunas estatuas es el doble yo o representación de una figura que lleva a otra sobre su cabeza. San Agustín constituye uno de los enigmas arqueológicos de América.
En el lecho de una quebrada que atraviesa el valle labraron una serie de canales que desembocan en un campo cubierto de pequeños depósitos cuadrangulares. Es la llamada Fuente de Lavapatas. En los contornos esculpieron serpientes, lagartos, monos, ranas.
Los bloques de piedra, hasta de cuatro metros de altura y varias toneladas de peso, fueron transportados hasta allí sin duda por medio de rodillos de madera. En las ruinas de los talleres se han encontrado manos de piedra, piezas duras en forma de navaja, raspadores, cuchillos y puntas, utilizados seguramente para su obra monumental.
  1. Actividad económica

    Como complemento de la estatuaria, los agustinianos fueron agricultores y alfareros. En tejidos parece que no avanzaron mayor cosa y en música sus instrumentos favoritos fueron la flauta y la trompeta.
  2. Organización social y política

    La sociedad agustiniana comprendía varias clases: los jefes religiosos que fueron los dirigentes y los guerreros. La clase inferior era el pueblo que cultivaba la tierra, esculpía las estatuas, labraba los sepulcros, elaboraba las armas, las vasijas y en menos escala, los adornos de oro. La sociedad se aunó en clanes protegidos por una divinidad. La cultura de San Agustín tiene relaciones con la Inca, la Azteca y la Maya y hasta en los pueblos primitivos de la China se han observado motivos similares.
  3. Religión

    La religión fue para ellos presencia permanente. Su influencia los llevó a eternizar en la piedra sus símbolos y sus misterios.
Actualmente, San Agustín es un Parque Arqueológico Nacional en el departamento del Huila que todos los días atrae mayormente a turistas y estudiosos de todo el mundo.


Cámara sagrada con la estatua de la divinidad solar. Parque Arqueológico de San Agustín. Fotografías tomadas del libro Destrezas. Editorial El Sello. 1999.



Fotografias tomadas del Atlas Universal y de Colombia. Educar Editores S.A. 1994

2 comentarios:

  1. hola Gloria Helena,
    tu blog me parece magnífico, sobretodo para los que amamos la naturaleza y admiramos y nos interesamos por las culturas indígenas.

    Además, tu blog actua de imán de gente afín a estos intereses. A mí me acaba de llegar, y como todos sabemos la casualidad no existe, sino la causalidad...

    Hace ya unos años que quede enamorado de Colombia, la cual visito casi todos los años. Dentro de unos días voy a iniciar un largo viaje por el mundo, y una de las visitas obligadas es pasar por la sierra nevada de Sta.Marta. Me interesa mucho la cultura Kogui, y si ellos me lo permiten, trataré de pasar un tiempo con ellos por allá arriba.

    Asi que me he hecho fiel seguidor de tu blog.

    un abrazo
    Paco Mollá

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  2. Hola Paco:
    Qué alegría en verdad encontrar personas con los mismos intereses. Gracias por lo que me corresponde. Igual que tú, amo las culturas indígenas de mi país, son muy auténticas, sabias y valerosas. Justamente, estuve en la Sierra Nevada en octubre de 2010 y fue un viaje inolvidable. Con decirte, que pude divisar un Ovni que iluminaba toda una montaña. También he estado en la selva amazóncia... Pletórica de belleza y de grandes misterios... Espero que tu viaje cumpla con las expectativas que te has trazado.
    Felicidades... Amor, Luz y Sabiduría en tu camino, hoy y siempre.
    In Lakech... (yo soy otro tú)
    Gloria H.

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